El
dilema del nuevo líder: ser amigo o jefe
Terminaste
tu carrera, te preparaste durante años y finalmente conseguiste tu primer
puesto de liderazgo.
Llegás
con entusiasmo, con ganas de aplicar todo lo que aprendiste y marcar la
diferencia. Pero en los primeros días te das cuenta de algo:
Liderar
no es solo tomar decisiones técnicas o mejorar procesos. Es gestionar personas,
relaciones, expectativas.
Y ahí
aparece el dilema…
Quieres
generar un buen ambiente y que el equipo confíe en ti. Pero también necesitas
marcar límites y asegurarte de que las cosas se hagan bien.
Si te
muestras demasiado cercano, pueden verte como un amigo más y perder autoridad.
Si eres demasiado rígido, puedes generar distancia y resistencia.
Soy de
analizar a detalle estos desafíos y creo que estas soluciones pueden ayudarte a
encontrar el equilibrio que buscas:
1) Definir
expectativas desde el inicio: cuando llegas como líder nuevo, nadie sabe
realmente qué esperar de ti. Explicá tu enfoque desde el primer día.
2) No te
obsesiones con caerle bien a todos: es normal querer que el equipo te acepte,
pero tu trabajo no es ser el más querido, sino generar confianza a través de la
coherencia.
3) Escucha,
pero establece límites: Ser accesible es importante, pero también lo es dejar
claro que algunas decisiones son innegociables.
4) Aprende
a manejar la incomodidad: habrá gente que desafíe tu liderazgo, que pruebe
hasta dónde puedes llegar. No lo tomes como algo personal. Es parte del
proceso.
Liderar
no es fácil, pero encontrar este balance entre cercanía y autoridad hace toda
la diferencia.
¿Crees
que estos tips son acertados?
¿Qué
consejo le darías a alguien que está iniciando su primer rol de liderazgo?
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